Seres de luz Son realmente seres de luz. No hay en ellos brotes de ataques personales, resentimiento institucional o fanatismo ideológico. No hay en ellos la oscuridad de la intolerancia, la indiferencia o la agresión. Transmiten una paz absoluta, en medio de un compromiso permanente con los demás. Se ven siempre pendientes de la persona que tienen enfrente, escuchando en serio. No les preocupa lo que digan los demás, ni su bienestar. Se desviven especialmente por los más pequeños y débiles. Transmiten una experiencia de Dios personal profunda, que nunca los deja. Son los santos. Estoy totalmente convencido de que he conocido muchos santos en mi vida: laicos como Jorge Yayzi, sacerdotes como el padre Maina o el padre Carlos Aldunate, religiosas como la hermana María Magdalena. Y varios otros, algunos todavía vivos, así que no los voy a nombrar. Pepe, mitos y versiones Hoy quiero recordar especialmente al padre Pepe, salesiano, de origen austríaco, porque -como en la mayoría de
De repetir la verdad, algo quedará. Sin temor a ser políticamente incorrecto.