Se dice que nunca el lenguaje es inocente; siempre hay una ideología detrás. Me parece una exageración, pero hay algo de verdad:
* la forma de expresarse (qué palabras usar, los eufemismos y giros escogidos, etc.) frecuentemente responde a una posición ideológica
* el idioma recoge expresiones insultantes y despectivas, que reflejan los prejuicios de una parte de la sociedad (por ej., la palabra "judío" en su quinta acepción).
Una de las últimas publicaciones que vi difundir al respecto, es "¿Por qué sirvienta sí y presidenta no?" (http://antesdeeva.com/lenguaje-incluyente-sirvienta-presindenta/, consultado 2 de agosto de 2016, 16:01 hs).
Algunas tesis generales enunciadas en el artículo, son indiscutibles. Por ejemplo, dice que "nuestra lengua y su expresión a través del habla es la manifestación de la estructura de nuestra ideología, de nuestra forma de entender y sentir el mundo, de interpretar la realidad que se nos presenta".
Sin embargo, al pasar a la propuesta concreta, el resto de los argumentos no se sostiene. Ya desde el título empieza flojo. Es cierto que se pueden ver algunas personas en algunos comentarios criticar el uso de la palabra "presidenta", pero no es la posición de la RAE, ni lo que dicen artículos de especialistas como, por ej., los publicados en La Nación. Basar una política respecto del idioma en las opiniones de personas sin representatividad ni especialización en el tema, sería algo muy poco serio. Lo que estas personas piensen sobre el feminismo o sobre el idioma (por equivocado que esté) es irrelevante para justificar la tesis del "lenguaje inclusivo".
Pero más aún: quien conozca del idioma, sabrá que la RAE acepta decir "presidenta". Y no porque sea necesario para nombrar a una mujer que ejerce la presidencia (ya la palabra "presidente" se aplica tanto a un varón como a una mujer), sino porque es una forma de visibilizar a la mujer en un cargo hasta hace pocas décadas ejercido exclusivamente por varones.
Es obvio que "si en el lenguaje no nombramos y no tomamos en cuenta a todas las personas, nuestra representación de la realidad estará sesgada". Este es un argumento común, pero nunca vi que lo demostraran. El uso del plural genérico para indicar varones y mujeres, machos y hembras, es una acepción real de palabras como "todos", y así lo usa la gente. No existe el "no nombrar" y "no tomar en cuenta" a las mujeres.
Denuncian la supuesta invisibilización de la mujer en la semántica y la gramática legislada desde la RAE, pero esta afirmación hace surgir objeciones obvias:
- En primer lugar, la RAE no "inventa" el lenguaje, sólo recoge, estudia y sistematiza el habla culta y la del pueblo, mientras esté suficientemente generalizada. Desde este punto de vista, es irrelevante la opinión de que la RAE es sexista, y es indefendible decir que ésa es la razón del supuesto sexismo del idioma español.
- En segundo lugar, la RAE (y el lenguaje del pueblo) acepta visibilizar a la mujer cuando es realmente necesario: si hay dudas sobre si se está incluyendo o no a las mujeres, es aceptado y correcto decir "ciudadanos y ciudadanas", "maestros y maestras", etc. Generalmente es entendido por todos que ambos sexos están incluídos, así habla el pueblo, así lo acepta la RAE, y en ese caso no existe esa invisibilización.
También dice el artículo que se debe modificar la lengua, que está viva y es de quien la habla, y que las transformaciones van de abajo para arriba (lo cual contradice su propia afirmación anterior sobre la RAE...) Pero el caso del lenguaje inclusivo es precisamente el opuesto: la modificación se está tratando de forzar desde arriba; son gobiernos y funcionarios los que están tratando de forzar que la gente hable diferente, y es el pueblo, la gente común, la que se resiste a un cambio que percibe como una complicación innecesaria. De hecho, fuera del escenario, del discurso y de los documentos públicos, esos mismos funcionarios no hablan de esa forma en la calle. Es demasiado forzado.
La RAE ha publicado un análisis del "lenguaje inclusivo", que ha merecido el apoyo desde varias academias de la lengua latinoamericanas. Allí se explica que en el doble significado (masculino=genérico), aplicado a humanos y animales, "no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva"
http://lema.rae.es/dpd/?key=genero
En este análisis hay ejemplos hilarantes de exageración de la corrección política:
http://www.rae.es/sites/default/files/Bosque_sexismo_linguistico.pdf
Lo que deben hacer quienes defienden el lenguaje inclusivo, es contestar los argumentos de las academias, no apelar simplemente a la descalificación de quien piensa distinto, llamándolo "sexista".
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