El Encuentro Nacional de Mujeres "Autoconvocadas" de Rosario transcurrió y terminó en forma similar a los anteriores:
- Miles de mujeres convocadas de todo el país (típicamente, la mitad del número esgrimido por las organizadoras, pero aún un número grande, posiblemente decenas de miles),
- reunidas para tratar diferentes temas relevantes a la defensa de los derechos de la mujer (las noticias aparecidas en La Nación y otros medios usaron el tema "violencia de género"),
- donde la organización general y algunos talleres sobre temas urticantes (aborto, género) estuvieron dominados por grupos extremistas (en general de partidos pequeños),
- donde en varios talleres se ejerció violencia contra las mujeres que opinaban distinto a las organizadoras o se las ignoró en las conclusiones.
- La marcha de cierre se hizo bajo lemas ya pre-digitados por las organizadoras (por ejemplo, pro-aborto, aunque no haya habido consenso),
- marcha de miles de mujeres, de la que se desprendió un pequeño grupo (del orden del centenar) para hacer vandalismo y agredir físicamente a quienes protegían pacíficamente la Catedral católica.
Frente a la defensa que se ha hecho de las agresoras, se me ocurre recordar algunos hechos:
- La cobertura de los grandes medios estuvo principalmente focalizada en las (mayormente) legítimas reivindicaciones del Encuentro, y no en los disturbios. En estas descripciones se ignoraba siempre que algunos temas no tenían consenso entre las participantes.
- La cobertura del encuentro y los disturbios fue favorable a las violentas. Por ejemplo, en La Nación online, de las 9 noticias referentes al Encuentro: 6 se referían en general al Encuentro y sus reivindicaciones, favorablemente; 2 se referían a los disturbios repudiando la "represión" a las miles de mujeres que se manifestaban; y 1 describía más neutramente los disturbios, aunque también ignorando los excesos de las violentas.
- Respecto de estos excesos, algunas obviedades: una pintada reivindicando un derecho no es lo mismo que una pintada reivindicando la violación de los derechos de los cristianos; mostrar una teta como provocación a los valores éticos de la sociedad no es lo mismo que dar la teta a un hijo; herir a pedradas y lanzar bombas molotov no es lo mismo que pintar graffitis; ser reprimidas por manifestarse pacíficamente en favor de un derecho de la mujer (como hacían las sufragistas por el voto femenino) no es lo mismo que agredir físicamente y sin provocación a gente inocente que no tiene nada que ver con la violencia de género.
- Sí, mientras estos disturbios merecían alguna cobertura, hubo un femicidio en Mar del Plata, que tuvo una cobertura mucho más destacada. A la vez, también morían decenas de cristianos en Medio Oriente. Las expresiones de extrema intolerancia y agresión física contra los cristianos, por pensar distinto, siendo el grupo religioso/racial con mayor cantidad de víctimas en el mundo, no es para tomar a la ligera. La cantidad de víctimas en el mundo por ser cristianos y por ser mujeres, son comparables. No se puede atacar frontalmente la prédica de una violencia (el femicidio, prédica que por otro lado nadie hace públicamente) y justificar la otra.
Y ahora mi opinión.
La justificación de la violencia contra gente inocente, en nombre de las reivindicaciones consideradas como legítimas, es la justificación del terrorismo (de guerrillas y de Estado) y de los totalitarismos. El grupo que protagonizó esta violencia merece el nombre de feminazi. Si las principales representantes feministas (que defienden legítimamente derechos de la mujer) no sólo no se separa de estos grupos repudiando esa violencia, sino que la justifican o minimizan, no deben quejarse luego de que muchas mujeres metan a todas las activistas en la misma bolsa, o incluso reivindiquen no ser feministas.
- Miles de mujeres convocadas de todo el país (típicamente, la mitad del número esgrimido por las organizadoras, pero aún un número grande, posiblemente decenas de miles),
- reunidas para tratar diferentes temas relevantes a la defensa de los derechos de la mujer (las noticias aparecidas en La Nación y otros medios usaron el tema "violencia de género"),
- donde la organización general y algunos talleres sobre temas urticantes (aborto, género) estuvieron dominados por grupos extremistas (en general de partidos pequeños),
- donde en varios talleres se ejerció violencia contra las mujeres que opinaban distinto a las organizadoras o se las ignoró en las conclusiones.
- La marcha de cierre se hizo bajo lemas ya pre-digitados por las organizadoras (por ejemplo, pro-aborto, aunque no haya habido consenso),
- marcha de miles de mujeres, de la que se desprendió un pequeño grupo (del orden del centenar) para hacer vandalismo y agredir físicamente a quienes protegían pacíficamente la Catedral católica.
Frente a la defensa que se ha hecho de las agresoras, se me ocurre recordar algunos hechos:
- La cobertura de los grandes medios estuvo principalmente focalizada en las (mayormente) legítimas reivindicaciones del Encuentro, y no en los disturbios. En estas descripciones se ignoraba siempre que algunos temas no tenían consenso entre las participantes.
- La cobertura del encuentro y los disturbios fue favorable a las violentas. Por ejemplo, en La Nación online, de las 9 noticias referentes al Encuentro: 6 se referían en general al Encuentro y sus reivindicaciones, favorablemente; 2 se referían a los disturbios repudiando la "represión" a las miles de mujeres que se manifestaban; y 1 describía más neutramente los disturbios, aunque también ignorando los excesos de las violentas.
- Respecto de estos excesos, algunas obviedades: una pintada reivindicando un derecho no es lo mismo que una pintada reivindicando la violación de los derechos de los cristianos; mostrar una teta como provocación a los valores éticos de la sociedad no es lo mismo que dar la teta a un hijo; herir a pedradas y lanzar bombas molotov no es lo mismo que pintar graffitis; ser reprimidas por manifestarse pacíficamente en favor de un derecho de la mujer (como hacían las sufragistas por el voto femenino) no es lo mismo que agredir físicamente y sin provocación a gente inocente que no tiene nada que ver con la violencia de género.
- Sí, mientras estos disturbios merecían alguna cobertura, hubo un femicidio en Mar del Plata, que tuvo una cobertura mucho más destacada. A la vez, también morían decenas de cristianos en Medio Oriente. Las expresiones de extrema intolerancia y agresión física contra los cristianos, por pensar distinto, siendo el grupo religioso/racial con mayor cantidad de víctimas en el mundo, no es para tomar a la ligera. La cantidad de víctimas en el mundo por ser cristianos y por ser mujeres, son comparables. No se puede atacar frontalmente la prédica de una violencia (el femicidio, prédica que por otro lado nadie hace públicamente) y justificar la otra.
Y ahora mi opinión.
La justificación de la violencia contra gente inocente, en nombre de las reivindicaciones consideradas como legítimas, es la justificación del terrorismo (de guerrillas y de Estado) y de los totalitarismos. El grupo que protagonizó esta violencia merece el nombre de feminazi. Si las principales representantes feministas (que defienden legítimamente derechos de la mujer) no sólo no se separa de estos grupos repudiando esa violencia, sino que la justifican o minimizan, no deben quejarse luego de que muchas mujeres metan a todas las activistas en la misma bolsa, o incluso reivindiquen no ser feministas.
Comentarios